jueves, 10 de febrero de 2011

Creer

Hace rato no escribo, y no es casualidad.

Esta parte después de la tormenta, cuando se supone que las aguas vuelven a su curso y todo vuelve a la normalidad, es la que esta vez me tiene confundida, mejor digamos que desubicada. No sé cuál normalidad, creo que esa va a ser mi batalla esta vez.

No es que no sepa cómo era mi vida antes es que todo es tan diferente desde la última vez que estuve por acá que siento que necesito un mapa, además, esta tormenta fue tan diferente a cualquier otra, nada es igual, ni siquiera yo y menos en lo que creo. ¿En qué creo? Esa es mi otra batalla.

Empecemos porque ni siquiera sé qué pasó conmigo estos últimos años, se siente como si me hubiera sentado a escribir un cuento que me inventé y que realmente no sucedió, un cuento surreal, lo ilustré, lo pasé en limpio, lo imprimí, lo leí y releí, lo corregí, reescribí algunas partes, luego lo desbaraté y lo eché a mi basurero de reciclaje al lado de la refri, ese que dice papel. Ese cuento no sucedió, no es parte de mí y ojalá lo hubiera pasado por el triturador antes de echarlo a reciclar por todo lo que me consumió. Ahora detesto ese cuento, argh.

Imagínense crear un personaje del que se encariñan, su favorito de toda la historia, uno del que están especialmente orgullosos por todas las batallas que ha librado y todo lo que ha crecido, de repente e inevitablemente hay un cambio en la trama y nuestro personaje ya no encaja en la historia y lo tienen que reinventar de cero, pueden dejar algunas cosas pero no saben cuáles porque no saben dónde ponerlo, ya no encaja y entonces hay que cambiarle el entorno y el curso ¿Por dónde coños se empieza? ¿Cómo diantres hace uno para que encaje otra vez en la historia? Además ¿En cuál historia? Es mi puta historia y no sé dónde ubicarme.

¿En qué creo? No tengo la menor idea.

Y no es que estoy enojada -esa parte ya la pasé-, lo que estoy es perpleja, de verdad no sé en qué creo. Tal vez es que no creo en nada ni en nadie. Y por ahí me dijeron que era natural, pero cosas como normal, natural, real, suenan a explicaciones a medias y me dan pereza.

Lo bueno de esto -y hace tiempo que no hablo del lado bueno de nada, a menos de que sean los kilos que he perdido-, es que para averiguar a dónde diantres encajo vuelvo a retomar ideas, recupero cosas que daba por perdidas, revaloro decisiones viejas, hasta vuelvo a saber de gente en la que no pensaba hace rato y me entretengo con cosas que pensé que ya no me hacían gracia. Es como ir tanteando a ver si me acuerdo cómo llegué a ser quien soy.

Ya no creo en muchas cosas, será que ya no las quiero para mí, no quiero ni me interesa creer en ellas. Es que nos contamos tantos cuentos, nosotros solitos y el colectivo, que al final terminamos creyendo en tantas teorías que perdemos la noción de lo que es nuestro y lo que es de los demás. No sé en qué creo, sí sé en lo que no creo, pero ese es post para otro día.

Cómo quisiera llegar ya a la parte en que las cosas me vuelven a importar. En que vuelvo a tener aspiraciones o ganas de algo, de lo que sea. Dejar esta indiferencia hacia el mundo y lo que pase con él o conmigo, dejar de andar en automático. Estoy bien, pero bien no es suficiente, bien es mediocre, bien no le llega a los talones al personaje del que les hablaba, yo puedo mucho más que bien y esta estúpida historia que no sirvió más que para echar a reciclar no me va a reducir a bien para siempre. Por eso necesito que pase el tiempo y lograr más que bien.

Pero mientras tanto nada me interesa y no estoy para nadie. Puto tiempo que pasa a la velocidad que le da la gana, una década se me fue volada y estos meses tenían que sentirse como años. No crean, bastante he progresado, parte de lo que me ha dejado de importar es el caos ese al que me arrastraron. Ahora lo que me falta hacer es lo que sigue una vez que el pasado ya no significa nada para mí y esa es la parte en que estoy medio pegada. Cómo quisiera que algo me importara, tal vez sería más sencillo. Pero no se supone que sea sencillo, nada es sencillo, sería una inconsistencia en mi cuento.

Yo sé que este post no terminó bien, pero por el momento es todo lo que les puedo dar, queda tan inconcluso como podía esperarse. No se hagan los sorprendidos, a veces no tengo todas las respuestas.

'nas noches,

m.

2 comentarios:

  1. Meme, este me llegó un montón.
    Quería decirte que leo tu blog todo el tiempo y me identifico mucho con el. No se si te había contado, pero estoy haciendo un Master en Artes Plásticas, y desde que comencé con la licenciatura, hace mucho, trabajo con mi vida y con mi proceso de adaptación, a todo. Cuando leo tu blog, me inspira montones porque de una o de otra forma, es lo que hago también cuando trabajo en algún video o alguna instalación: Tratar de mostrar lo que se siente estar en una situación específica. Vos... no podés ser más clara y honesta. Gracias por compartir tus historias... o más bien tu vida.

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  2. yo sé que lo leés, en los stats salen los países de donde me leen y cuando veo a alguien en las europas me imagino que sos vos, jeje ;)
    gracias por el comentario, me gusta compartir mis cuentos pero más sabiendo que alguien los lee :)

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