lunes, 14 de noviembre de 2011

Nicaragua

Mi papá es aviador. Me gusta esa frase, por eso siempre la uso cuando hablo de él. Lo que significa es que mi papá ha trabajado toda su vida en aviación. 

Su primer trabajo fue en Coopesa cuando mi tío Rodolfo era gerente administrativo o director o algo así. El cuento cuenta que cuando mi papá, a sus dieciocho, se fue a pedir la mano de mi mamá a mi tío -tío abuelo, a falta de mi abuelo- el señor le preguntó: ¿y cómo la piensa mantener? Y mi papá le contestó: con el trabajo que ud me va a dar

Cuando yo era chamaca fue instructor de vuelo, me acuerdo que llevaba exámenes a la casa para revisarlos y yo con mi letra de segundo grado le ayudaba a calificar el asocie o el marcar con equis y así se los llevaba, con numeritos chuecos.

Después fue capacitador en Lacsa y AeroCostaRica -o AeroPollo, como le decía yo-, y eventualmente fue Jefe de Operaciones en Aviación Civil. Yo creo que de todo lo que más le gustaba era dar clases, pero no sabría a ciencia cierta. Ahora es capacitador en Taca y otra vez  es instructor de vuelo en una escuela de aviación y se ve más contento que cuando tenía un trabajo burocrático detrás de un escritorio. Creo que de ahí sacamos el gusto por enseñar Valky, Varito y yo -cada uno a su manera, eso sí-.

Mi papá es una eminencia en su gremio, todos saben quién es y casi todos los pilotos y sobrecargos de este país han pasado por una de sus aulas o asistido a una de sus charlas. Porque, déjenme rajar, mi papá ha dado charlas en la Boeing, y cuando la OTAN cambió al equipo de mantenimiento de sus aviones mandaron a llamar a mi papá para que les diera clasecitas a maes para los que él era un carajillo. Sí, mi papá es alguien en su gremio.

Pero este cuento es de cuando yo tenía unos cinco años, maomenos, y mi papá trabajó con AeroNica. 

Entonces, Caracolito, vivíamos en Nicaragua y ahí estuvimos creo que un par de años. En esa época estaba el enredo ese de la contra, Reagan y los Sandinistas en lo más y mejor de la novela, yo no entendía un carajo pero claramente sabía que algo pasaba porque la gente andaba con miedo en la calle.

En Nicaragua escuché por primera vez mencionar al diablo, alguien dijo que vivía en la casa vacía de la esquina y yo me imaginé algo así como un fantasma de sábana blanca rondando la casa. También oí por primera vez de la guerra, pero esa la entendí todavía menos.

Allá estuve en el kinder de La Salle. El viaje al kinder todos los días era una odisea, el bus pasaba como a las cinco de la madrugada y hacía un friiiiiii'io de los mil diantres. Creo que era el único rato que pasaba frío en Nicaragua, con los calores que hacía allá dicen que yo me bañaba como unas cinco veces al día, según mi mamá yo me desaparecía y sólo encontraban el camino de ropita hacia la ducha. Pero esas mañanas heladas me sentaba a esperar con Valky y en una de esas me enseñó a sentarme como señorita con la enagua estratégicamente posicionada para que no se me vieran los chones. De camino el bus se llenaba hasta las orejas y terminábamos todos apretujados el camino entero.

Mi aula del kinder estaba cerca de la enfermería, esa es la mejor conclusión a la que llegué ya grande porque tengo varios recuerdos de chiquitos con algún tipo de herida pasando frente a nosotros. Mi mesa era la de los pollitos y d-e-t-e-s-t-a-b-a natación porque tocaba en el primer periodo y hacía frío y el agua era fría y brrrrrrr...

Todos los lunes tocaba reunirnos la escuela entera en algo como un anfiteatro o un lugar con gradas altas y cantábamos es María la blanca paloma, es María la blanca paloma, que ha venido a América, que ha venido a América a traer la paaaz y no me acuerdo qué más.

La comida era deliciosa, uuuuuuy, tan rica la cuchara nica. Todavía a veces se me antoja un quesi'iiiillo o un nacatamal.

Nicaragua es un país lindo de gente dulce y luchadora que la ha visto bien fea por mucho tiempo. Fue mi hogar aunque fuera un ratico y creo que la única diferencia entre ellos y nosotros han sido las decisiones políticas que hemos tomado de ambos lados del río. A mi parecer -y claramente me puedo equivocar-, nuestra historia no sería tan diferente a la de ellos si no fuera porque abolimos el ejército hace más de cincuenta años. Piensen en la corrupción que sufrimos ahora, quítenle presupuesto a la educación y agréguenle un ejército. No, papillos, no nos iría nada bien. Esa decisión que se tomó en la única época en que teníamos caudillos y de la que realmente no podemos rajar porque nosotros no solamente ni andábamos por acá y sino que además hemos dejado que el país se nos desvíe del curso, esa decisión podría fácilmente ser ese punto donde la historia de ellos y la nuestra cambia.

Los chiles sobre nicas me ofenden a un nivel personal, se me meten debajo de la piel y me retuercen el hígado. Los de colombianos también y no viví en Colombia ni tengo familia de allá, es una cuestión de principios. Sí, hay delincuentes nicaragüenses, también vagabundos, agresores, borrachos y demás, igualitico que de este lado de la frontera. Los problemas de delincuencia, salud y desempleo que enfrentamos no tienen nada que ver con ningún extranjero y qué cansado con los ignorantes que creen que es tan sencillo como echarle la culpa al de acento diferente. Nuestras broncas van más allá de eso y empiezan con los corruptos que insistimos en poner en el poder.

Pero volviendo a la parte tuanis del cuento -respiremos-, Nicaragua es bien lindo. Yo estoy convencida de que si se pusieran las pilas nos podrían patear nuestro trasero turístico.

De allá me traje la cicatriz sobre mi nariz. En una de mis mil duchas al día se me ocurrió ponerme a brincolotear y ooobviamente me resbalé y casi dejo la nariz entera en el filo del borde hecho de mosaico. Me acuerdo mi mamá llevándome al hospital más cercano, que por supuesto era militar. Iba manejando con la mano izquierda mientras con la derecha me sostenía la nariz para que no se me cayera -en realidad haciendo presión sobre la herida-. El doctor que me atendió me juró y rejuró que no me iba a coser y al día siguiente cuando me quité la curita sobre la herida me sentí tan terriblemente traicionada que cuando fui a quitarme las puntadas iba lista para pegarle el reclamote. Esa es la única cicatriz visible que tengo y me gusta porque me recuerda buenos tiempos. La cicatriz de Dorian también es producto de importación traído de Nicaragua.

Mis primeros recuerdos son de allá. Tengo varias escenas en mi cabeza: cuando aprendí a amarrarme los zapatos, mi triciclo rojo y cuando mi mamá nos trajo por tierra a Costa Rica a media madrugada y nos varamos en la Plaza de la Revolución, yo me dormí asustada esperando la grúa que pensé que era algo como un Transformer que nos iba a llevar en una mano de vuelta para la casa. Qué mieee'o la grúa.

Hace rato ando antojada de ir a darme una vueltita por el norte. A ver si renuevo mi pasaporte y les pego un visitín.

'nas noches,

m.

2 comentarios:

  1. Nicaragua es un pais hermosisimo, de hecho que si pusieran mas en ser potencia turistica le patean el ass sabrosamente a Costa Rica...lastimosamente la mierda de gobernantes que han tenido los tiene en la pobreza y en una corrupción terrible (no que esté muy lejano el panorama aquí).

    Mis abuelos maternos son de alli y gran parte de mis gustos culinarios se ven condicionados inevitablemente porla cuchara de mi abuela. Ya me dieron ganas a mi de darme un vueltin por alla.

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  2. Margarita trabaje con tu papa en COOPESA en la Biblioteca Tecnica - el traduciendo los manuales de servicio. Y estoy de acuerdo con que "el es una eminencia en su gremio" Siempre recuerdo como hablaba de cuando vivia en NY cerca del Aeropuerto La Guardia. Mucho tiempo despues me encontre con tu mama en FB y no he cesado de orar por ustedes. Soy Alajuelense y disfrute mucho leyendo tu experiencia de vivir en Alajuela. Actualmente vivo en Florida pero no me olvido de mi tierra. Roxana Mena

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