sábado, 20 de abril de 2013

Lo de esta semana

Me estoy dejando de pendejadas, los potenciales no sirven para un carajo si no llegan a acciones.

Oír música en la oficina y no cantar es un desperdicio de música. De por sí no le estorbo a nadie, todos están metidos en sus reuniones y reportes.

Y hay momentos en que tooooodas las putas canciones de la radio son de amor. Aunque no lo sean, lo son. No decido si eso es bueno o malo.

El otro día pensé que si mi material fenotípico se pudiera leer como los ingredientes del alimento de Alicia, sería algo como: tica, chapina, catracha, alemana, española. Sabor y color naturales. Castaño 537 como único preservante.

La vida se puede vivir por fragmentos. ¿Eso tiene sentido? Tiene sentido.

Cuando me acurruco con alguien y siento ese tibio en el pecho y el olor a piel, sonrío. Pero inevitablemente pienso que nunca va a conocer a mi hermano y se me complica todo un poco. No vale la pena mencionarlo, pero el rastro de la sensación se queda ahí un rato. No sabría explicarlo y nadie lo entendería. Entonces lo dejo quedito hasta que se desvanece y vuelve otro día.

El martes se me olvidó ponerme aretes. Me sentí rara todo el día.

¿Cómo es que no logro darme cuenta del mal humor que me cargo y que es anticipación por las fechas que vienen hasta que ya llevo rato ofuscada? Qué cansado conmigo. Y cuando por fin caigo, quisiera no saberlo. Sólo quiero hacerme una bolita y no saber más nada de nada. Llevo toda la semana con esta puta nube negra adentro, hace rato no la sentía. La odio. Odio el colocho que me hace adentro y que me empañe la cabeza. Detesto no ser yo misma estos días y que mi percepción se vuelva un desastre. 

Qué grosería.

Esas maecillas bobas que se ríen de todo y no tienen como mucha personalidad, a veces me quedo viéndolas. Se ven más felices, más inconscientes, más satisfechas con cualquier cosa. Ignorance is bliss. Parece más fácil ser así. ¿Será? ¿Me haría la vida más cómoda?

Cuando pienso en eso me dan ganas como de hacerme la bruta, pero al rato se me pasa y vuelvo a ser la misma imposible de todos los días, siempre consciente de sí misma.

La gente en la calle. Cuando uno camina por la Avenida Central y así. Es como raro. Viéndolos venir en dirección contraria, me fijo en sus expresiones, algunos con cara de preocupados, otros apurados, algunos sonríen. Me gusta ver a la gente sonreír, parece que dentro de sus carreras van acordándose de algo lindo y yo también me siento bien con ellos. Es como si compartieran su razón para sonreír. Es chiva.

En cambio en Alajuela los veo sentados en los parques o esperando el bus o comiéndose un copo. Se ven más tranquilos, menos apurados y más satisfechos. Será la vida de provincia que es más quedita. Me gusta más acá.

Es tan jodido esto de acordarte del olor, de la voz, de la sensación de un abrazo de alguien. Sentir que hace nada podías llamarlo y decirle lo que fuera. Dos años se sienten como dos días y como dos décadas al mismo tiempo, me quiere explotar la cabeza con lo sinsentido de eso. Estoy tan enojada con él. Es como si nos hubiéramos perdido todos en el mar, como si nos hubiéramos ido en la misma tira detrás de él. Nada tiene el mismo sentido desde ese día, tocó todo alrededor y es cansado. Jueputa sal. Es jodidamente cansado.

Y cada vez que me puteo siento que la próxima vez que lo vea le voy a decir que es un idiota por ahogarse un Viernes Santo, un puto 22 de Abril. La próxima vez que lo vea. A veces uno piensa y siente en otros términos.

Decir que me hace falta mi hermano es la forma más eficaz de incomodar a cualquiera alrededor mío. Nadie sabe qué decir. Y es que ¿qué me van a decir? Pero no es para que me digan nada, sólo se me sale lo obvio. Lo extraño, déjenme extrañarlo. Créanme que no es mi intención incomodarlos. A veces sí me da para aplicar los filtros y sólo digo que todo anda bien y ya, de nuevo el mundo feliz y en orden para todos.

Otto Gatto cazó una lagartija y me la dejó en la puerta del cuarto. Por un segundo no sentí un gramo de compasión por ella. ¿Me volví de piedra? Qué cabrón Otto Gatto.

Mentira, a veces todas las canciones son de amor y a veces las canciones de amor son sobre otras cosas. A veces son sobre ausencias y sobre estar triste por amor, pero otro tipo de amor. I'll love you long after you're gone, es de las frases que más se han quedo conmigo. En términos románticos no la toleraría, pero nunca la sentí así. No es lo mismo, no es un ex al que uno supera y deja atrás. Uno no deja de querer a los muertos.

A veces no quiero escribir más sobre lo mismo. Quiero escribir sobre bosques, sobre paseos, sobre música, sobre helados en el parque, sobre mis mascotas, sobre el gobierno de mierda que tenemos y lo chiva que es ver al pueblo creer en el cambio, sobre amigos que están y no están, sobre lo que sea. Pero esto es lo que me sale. ¿Qué hacemos?

Fin del despotrique.

m.


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