lunes, 18 de junio de 2012

Conversaciones II

Cualquier parecido con la realidad, la ficción o mi mente es mera chochera.

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-Soy un solitario declarado. Ahí me siento seguro. Pero por suerte me han matado tantas veces que aprendí a resucitar.
-Yo no. A mí me gusta la compañía, estoy muy consciente de que soy más feliz en pareja.
-Estoy seguro que sí. No cerrés la puerta.
-No la tengo cerrada. Sólo estoy pendiente, con la puerta en la mano por si tengo que soltársela en la cara a alguien.
-Opaaa. Cuidado con mi nariz. Yo me declaro loco. Pero por un poco de buenas razones. Me gustan los piratas, me declaro uno. Navego. Me gustan los puertos. Andariego. Por fuera somos lo peor. Pero siempre navegando para encontrar el puerto donde quedarnos para siempre y por una muy buena razón. No perder la esperanza en la tormenta.
-Yo no sé si creo en eso ya. Creo que esa es la parte que me jode, no creo en la mitad de las cosas que creía.
-Yo nunca pierdo la esperanza. En nada. Primero muerto. No cerrés la puerta.
-No la cierro. Sólo tengo filtros más fuertes.
-Deja la luz prendida. Para los barcos.
-Mmmmm.
-Qué lindo que una mujer se enamore de uno.
-Es rico. Enamorarse es rico
-Estamos maleados, Meme. Pero bueno. Siempre aparece una fina mujer que me sorprende. Y eso es sensacional. Me vuelve a la vida.

∙∙∙∙∙

-Tantas varas que me habría gustado que fueran diferente.
-¿Como qué?
-Ah, mae. Tanto. Infancia, adultez, relaciones, plata. Tantas varas. Me habría gustado tener una relación diferente con mis papás, no se puede volver atrás, la infancia no vuelve y esa vara lo define a uno más permanentemente de lo que uno quisiera. Me habría gustado tener un papá cariñoso y presente, me habría gustado que mi papá y el tío que tuvieron mis primos hubiera sido el mismo mae.
-¿Cómo?
-Di, que el mae que fue mi tata con ellos y el tata que fue conmigo eran dos maes diferentes. Nunca entendí por qué. Pero ellos se llevaron la mejor parte. Me habría gustado conocer a ese mae, suena a un mae bien tuanis.
-Yo no conocí al mío. Para mí es como un mito urbano eso de tener tata.
-Yo no me di cuenta de que el mío me quería hasta que murió mi hermano. Cosa más complicada. Pero bueh, por lo menos ahora lo sé. 
-...Seh...
-Yo lo dejé de ver como por cinco años, creo que agradece que haya vuelto. Y di, ahora tengo la mejor relación que puedo yo con él pero tiene todo que ver conmigo y no con él. O sea, ahora siempre se ve tan feliz de verme pero es incapaz de buscarme él a mí, entonces di, es calle de una vía esa vara.
-Pasa.
-Pasa. También me habría gustado que alguien me enseñara a maquillarme, a usar cremas y esas pendejaditas de nena. Fijo voy a ser una de esas viejillas arrugadísimas por no saber que esas varas existen hasta los treinta, tsssssssss... Siempre me he sentido inadecuada como mujer.
-A mí me habría gustado que alguien me enseñara a no endeudarme. A ahorrar y saber qué hacer con mi plata.
-Ah, mae. Las deudas. Si ¿verdad? Qué tan tuanis que alguien le hubiera sabido explicar a uno qué putas hacer con su plata. Ah no, tuvimos que aprender por las malas. Pero ¿sabés qué me habría gustado que de verdad fuera diferente? A mí chamaca sólo me decían que tenía que ser princesita y que un novio me tenía que tratar como tal, que a mí me tocaba dejarme pretender y dejar que ellos me buscaran. En mi familia una vez me dijeron sometida por decirle a un chamaquillo que me gustaba cuando tenía como once años. Vieras el colocho que se me ha hecho toda la vida con la duda de hasta dónde se deja uno buscar y cuánta iniciativa puede tener una chavala. Qué cansado. Igual siempre hice y hablé libremente, pero cada vez que hice un acercamiento yo, sin falta, después se me hacía un enredo y escuchaba ese sometida en mi cabeza y me preguntaba si debería de ser más reservada o más princesita. Princesita, mae, a estas edades. Qué complicado desprogramarse. Yo desde ya estoy pensando qué putas le voy a decir a mis hijas, todavía no estoy segura. Igual fijo me cago en ellas de alguna otra forma, porecitas.
-A nosotros nadie nos enseñó a ligar. La mayoría de los maes aprendemos de varas que nos dijo el tata, pero di, los que ni tuvimos a ver cómo improvisamos y a jugárnosla. Pero la presión social, eso de que se espera que seamos nosotros los que damos el primer paso, mae, es una mierda. Yo soy un cula, encima nunca sé cuando una mae está interesada entonces menos que me mando.
-Ay mae, vos y mil más, ni empecemos con eso porque qué cansado para nosotras, se supone que es mal visto que sea una la que los busque –me remito a lo de sometida-, pero uds no hacen por dónde por sus propios colochos mentales y mientras tanto hay más gente soltera de mi edad que nunca. Así nos vamos a extinguir.

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-Me gusta hacerte reír. Me gusta hacerte feliz.
-Vos me gustás. Un montón.
-¿Qué te gusta?
-Me gusta tu falta de miedo, tu franqueza, que seas directo, que no sos ningún chamaco pero tenés el espíritu joven. Me gusta que tenés pasiones importantes, que tenés varas importantes claras, que no hay que resolverte ni reconstruirte la autoestima y que apreciás lo que la vida te pone delante -yo incluida-. Me gusta como sos conmigo, que no te da miedo arriesgarte y me decís lo que me querés decir, que estamos de acuerdo con cosas importantes y no con todo.
-Que linda sos. Me gustaría conocerte más.
-Ahí vamos.

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m.



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