jueves, 5 de mayo de 2011

Comfort Food

Hay ciertos platos que me recuerdan cuando era chamaca y me dan cierto confort, consuelo o me alimentan la nostalgia, dependiendo de lo que ande buscando. Estoy segura que a uds les pasa, que hay ciertas recetas de sus mamás o abuelas que les calienta el corazoncito y les trae paz.

En mi familia habían ciertas particularidades con la forma en que comíamos, yo crecí pensando que todos comían el aguacate con azúcar igual que nosotros y nunca lo había probado con sal. Antes de que arruguen la cara, el aguacate es una fruta y es d-e-l-i-c-i-o-s-o con azúcar. En Brasil lo comen así y mi mamá tenía una tía brasileña que le enseñó y le gustó y pues así nos enseñó. También comíamos pan con mantequilla y una capa finita de azúcar y limones cortados a la mitad que embarrábamos en azúcar y chupábamos como quien come limonada. Mirá qué cosas, yo creo que la idea era agarrar cualquier cosa y comerla con azúcar, milagro que no somos diabéticos.

Mmmmm... también me acuerdo tomar gelatina todavía caliente en chupón. Y leche caliente con vainilla y azúcar -sip, más azúcar-.

El relleno de pavo de mi bisabuela es, por muuuuucho, la mejor receta, no sólo porque me recuerda mil cenas de Navidad y a mi bisabuela, si no porque tiene el m-e-j-o-r sabor del mundo. Es lo que más ansío en Navidad. Mi abuela materna no cocina mucho, pero tengo toda la vida comiendo lentejas donde ella y siempre me la recuerdan, no son nada complicadas de hacer pero siempre me recuerdan a mi abuela. Definitivamente hay comida que nos activa la memoria emocional.

Uy, los tamales de mi Tía Mayito eran de muerte lenta. Esa receta no la tengo, por ahí una tía política se rehúsa a compartirla... pero eran los mejores tamales del mundo. La tamalada donde Tía Mayito -tía abuela- era una cosa increíble, tanta tanta gente le encargaba tamales que un día no era suficiente. No sé si son recuerdos exagerados de infancia, digo, mi abuela paterna se vistió de bruja para un Halloween y fijo fue un sueño, pero por años de años estuve s-e-g-u-r-a  y completamente convencida de que la vi sobrevolando la sala en escoba y por un buen rato juré que era un recuerdo real. Pero volviendo al tema, no sé si me falla la memoria pero creo que a Tía Mayito le tocaba hacer cientos de tamales, quiero decir que casi mil, no sé.

Acá les dejo tres recetitas, ojalá les traigan el mismo consuelo que a mí. La Sopa de Atún no es para todo mundo, pero dénle un chance, todavía no le ha quedado mal a nadie.

Sopa de Atún

• 1 lata de atún en agua
• 1 ½ tazas de Leche
• 1 cucharadita de Maicena
• Sal

Escurrí el atún en una taza y guardá el juguito para luego. En una ollita caliente poné a cocinar un poquito el atún y lo vas desmenuzando, no importa si se cocina por completo, nada más no dejés que se queme y todo bien.

Vertí la leche en la ollita y podés guardar un poquito para disolver la maicena o en el juguito del atún, como prefirás. Vertís los dos en la ollita y dejás que la maicena se cocine moviéndolo para que no se pegue y para que espese un poquito, pero no demasiado –no es una salsa, sólo sopita-.

Agregá sal y si te suena jugo de limón criollo -me imagino que limón mandarina también sirve pero a mí no me gusta tanto-.

CheeseCake

• 5 paquetitos de Galletas María mas o menos, calculálo. De todas formas las Marías se venden en paquetes de 10 -creo-.
• ½ barra de Margarina
• Leche Condensada
• Natilla
• Queso Crema (estos últimos tres ingredientes en cantidades iguales)
• Mermelada de Fresa (o cualquier otro topping que te guste)
• Fresas

Molés las galletas María -puede ser en la licuadora o a mano, de por sí los pedacitos medianillos no estorban- y las ponés en el fondo del molde refractario. Derretí la margarina en baño María o en el microondas y la mezclás con la galleta María, se compacta -no mucho- en el fondo del molde para recibir la mezcla después. No usés demasiada margarina o el crust se pone demasiado duro.

Batí en un molde grandecillo la leche condensada, la natilla y el queso crema hasta que quede bien cremoso, puede ser en batidora o a mano -pero durarías un ratillo-. Si lo querés más cremoso usás más queso crema que los otros dos ingredientes, si lo querés más dulce usá más leche condensada y si lo querés más acidito pues usás más natilla.

Vertí la mezcla sobre el fondo de galleta y metés el molde al horno precalentado en medio por alrededor de 30-40 minutos o hasta que cuando metás un cuchillo salga limpio, se puede dorar como con manchitas encima, no te preocupés que no se está quemando. Revisá el fondo de vez en cuando para asegurarte de que no se te quema el crust, depende del horno que usés hay que cuidarlo.

Lo sacás del horno y lo dejás enfriar, lavá las fresas, quitále las hojitas y cortálas en mitades y las ponés sobre el cheesecake junto con la mermelada. Ese es el topping que usaba mi mamá, pero podés usar el que querás.

Relleno de Pavo Navideño

• 1 pavo de 10 kg aproximadamente
• 1 kg. Carne de cerdo molida (o de pollo, si se prefiere más liviano)
• 1 pan cuadrado desmenuzado y mojado en leche pero que no quede chorreando
• 1 paquete grandecito de tocineta
• 1 frasco grande de aceitunas rellenas con chile dulce
• 1 frasco pequeño de alcaparras
• 50 grs de pasas
• 50 grs de almendras peladas y picadas
• 3/4 de barra de mantequilla suavizada a temperatura ambiente
• Tomillo fresco y orégano seco
• Sal

Calentá el horno a 350°C. En una cacerola grande cociná la tocineta cortada en tiritas pequeñas o trocitos –como prefirás-, cuando esté soltando la grasita agregá la carne molida y lo dejás cocinar un poco, luego agregás el pan remojado y las pasas -básicamente todos los ingredientes suaves-, y finalmente las aceitunas, alcaparras y almendras. Revolvélo todo con cuchara de palo y dejálo cocinar lo suficiente como para poder comerlo así mismo pero no lo dejés que se seque demasiado.

Mezclá la mantequilla suave con el tomillo y el orégano y untá el pavo por fuera y entre la piel. Rellená el pavo y lo cosés -eso es todo un arte-, no tiene que verse lindo, con que no se le salga el relleno es suficiente.

Meté el pavo al horno y dejálo hornear 20 minutos por kilo aproximadamente, dependiendo del horno podría ser un poquito más. Para dorarlo podés embarrarle una mezcla de mantequilla con oregano y tomillo bien picados por dentro y fuera de la piel. Lo sacás y listo.

Nosotros siempre lo acompañamos de salsa de cranberry y ensalada de papa con manzana.

m.

1 comentario:

  1. no me preguntes porque pero me acorde de la receta de pollo al tequila

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